sábado, 11 de junio de 2011

tus manos en otras manos han despertado la sensación imprecisa de tu tacto en mis pechos.
ya casi olvidada la malograda impresión de tu deseo furtivo en mi cuerpo de niña
la odiada repugnancia hacia mi misma, el secreto guardado a otros oídos
tu aliento en mi cuello y la dureza de tu erección silenciando mi sollozo.
demasiado tiempo transcurrido no impiden la implacable crudeza del ayer
y en otros dedos deseosos aparece el gesto que tanto tardé en apartar de mi memoria.
acallada siempre, como en un sueño inenarrable, amorfo vacío,
soledad.
soledad para que no me tocaras,
soledad para no contar.
y locura, y pérdida, y tortura.
en nuevas caricias te siento, y huyo. lejos de cualquiera que me devuelva ese cuerpo de niña
impotente, triste, rabioso. lejos del áspero olor a cigarro y alcohol en mi nuca desnuda.
nadie quiso oír entonces, ahora es una alucinación que me persigue mientras corro.